Abril 2010. Una alabanza a la Tierra.



Hermanos todos.

Paz y Bien.


En la presente entrega hemos querido ofrecerles una serie de reflexiones existentes en torno a la tierra, dado que en esta semana (22 de abril) se celebra el su día mundial.

Con ellas les invitamos a aunar esfuerzos por la conciencia planteria y con ella por la consolidación de la cultura de la integración del hombre con la naturaleza.

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Apreciado lector, para iniciar la lectura del Blog te invitamos primero a alabar a Dios por la majestad de su creación, a través del Cántico de las Criaturas compuesto por nuestro Seráfico Padre San Francisco de Asís. 

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En este segundo momento te invitamos a reflexionar en torno a cuanto has orado, unido a aquel pasaje en el cual se nos ilustra la participación de la creación en la obra redentora y Salvadora de Jesucristo, el Señor, con el fin de extraer de dicha meditación aspectos prácticos que nos lleven a la toma de conciencia sobre nuestras actitudes frente al mundo creado:

(Rom 8,18-25)

8 18 Entiendo, por lo demás, que los padecimientos del tiempo presente no puede compararse con la gloria que un día se nos revelará. 19 Porque la creación misma espera anhelante que se manifieste lo que serán los hijos de Dios. 20 condenada al fracaso, no por propia voluntad, sino por aquel que así lo dispuso, la creación vive en la esperanza 21 de ser también ella liberada de la servidumbre de la corrupción y participar así en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. 22 Sabemos, en efecto, que la creación entera está gimiendo con dolores de parto hasta el presente. 23 Pero no sólo ella; también nosotros, los que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior suspirando porque Dios nos haga sus hijos y libere nuestro cuerpo. 24 Porque ya estamos salvados, aunque sólo en esperanza; y es claro que la esperanza que se ve no es propiamente esperanza, pues ¿Quién espera lo que tiene ante los ojos? 25 Pero si esperamos lo que no vemos, estamos aguardando con perseverancia.



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Nuestra realidad nos interroga

Hoy, luego de constatar las múltiples manifestaciones de nuestra Madre Tierra, a través de los consecutivos fenómenos naturales que acechan a la humanidad, constatamos el intento de la tierra por “defenderse-preservarse” ante los innumerables maltratos que el ser humano le ha gestado. Con ello recordamos la tesis del teólogo Leonardo Boff, quien en su libro “Grito de la tierra, grito de los Pobres” nos invitaba a replantear nuestra forma de ser y de estar en el mundo, concientizándonos sobre la situación de la tierra.

Con ocasión del día dedicado a la reflexión sobre la tierra, nuestra casa común, hacemos eco del citado texto, reproduciendo sus ideas principales, con el fin de invitarles a reflexionar sobre la realidad y nuestra posición frente a ella. Luego plateamos nuestro intento de reflexión frente a la realidad y a lo comentado del autor, sin pretender asumir una actitud de superhéroes, sino más bien desde el asumir una actitud personal frente a la vida y a nuestro ser y estar en el mundo que mueva a otros a cuestionarse en torno a la misma realidad.

BOFF afirma, como también lo hemos constatado, que la Tierra se encuentra enferma, sufriendo tantos desequilibrios que podrían conducir a la destrucción total. Esta situación se debe a múltiples causas entre las que se encuentran los diversos paradigmas montados sobre la concepción de "el hombre sobre las cosas" (cosmológicos, de civilización, de desarrollo, de calidad de vida) y la consecuente pérdida de la religación del hombre frente a las realidades que le circundan. Ante esta realidad propone forjar un nuevo paradigma garante del bienestar humano, natural, cósmico y generacional, de la comunidad planetaria, donde el hombre se conciba como un miembro del dicha comunidad (un ser junto a las cosas), es decir una vuelta a la ecología.

ampliaremos un poco el planteamineto del autor para mayor constatción de la magnitud de nuestra situación:

1. La situación de la tierra

Se constata que la pretensión del paradigma hegemónico de la existencia de "mejorar calidad de vida", antes que lograr su objetivo, lo que ha producido es la degradación de la misma vida y de dicha calidad, dándose así un antagonismo entre tal paradigma y la conservación de la integridad de la comunidad cósmico-terrestre.

Gran parte de la hisoria del hombre ha estado fundada en la idea del dominio y de la explotación de su medio, idea que ha sido fundada sobre la falaz concepción de mandato divino; esto ha generado una producción histórico-social de la enfermedad y la muerte de la tierra y de todo lo que le compone, y por tanto al desequilibrio ecológico y a la pobreza. De allí que tal sostenibilidad sea solo retórica, ya que no busca potenciar con él las virtualidades humanas, en sus diversas dimensiones, ligadas a las interacciones globales con el cosmos.

2. Causas:

La situación actual de crisis de nuestra Casa común revela la guerra existente entre el hombre y la naturaleza; guerra basada en la concepción de ser sobre las cosas y no ser junto a ellas, en la falacia del modelo de vida formulado sobre los infinitivos de recursos naturales y futuro, en el actuar del hombre como maquina voraz consumidora y al productivismo desmesurado. Situación alimentada bajo la formulación del dominio como mandato divino, olvidándose y sacrificando pueblos primitivos.

La Tecnología rudimentaria agresiva y contaminadora ha impulsado un modelo de desarrollo fundado en el mito del progreso y del crecimiento que obliga a la tierra a entregar todo cuanto posee, a través del empleo de fuerzas destructivas; modelo que aunque ostenta el predicado de sostenible no es viable pues se funda en la matríz económica de la productividad, de la acumulación e innovación tecnológica y sobre la mentira que afirma que a más desarrollo menos miseria.

Dicho modelo propugna una sociedad ecocapitalista y ecosocial de por sí energívora que se estructura entorno a la economía de producción ilimitada de riquezas por medio de la explotación de los recursos naturales y la invención tecnológica humana y en la ciencia de crecimiento ilimitado que ha traído consigo profundas asimetrías sociales y masificaciones, cosificación de la tierra y de sus miembros –incluido el ser humano- y el consecuente aislamiento de éste de la comunidad cósmica, manifestándose como anti-ecológico.

Esto ha sido fortalecido con la conciencia colectiva del antropocentrismo que concibe al ser humano, más específicamente al varón, como origen y fin de todo haciendo de lo diferente objeto de dominio. Tales actitudes han conducido al rompimiento de la solidaridad básica y a la perdida de la religación del hombre con el universo, con la tierra, con la realidad y con el creador, subvirtiendo todas las relaciones en las que está inserto el ser humano.

Ejemplos palpables la contradicción entre el capitalismo y la ecología es la realidad de la amazonía, ya que la forma de producción que en ella se rige es la más deliberadamente depredadora. Los proyectos en ella realizados han provocado la destrucción social, cultural y económica de los nativos.

3. Propuesta:

frente a esta situación se precisa crear y poner en práctica la libertad participativa, el ejercicio de la solidaridad, la sinergia y la armonización universal. Es decir hacer vida una nueva experiencia fundacional, una nueva espiritualidad: religación, un nuevo modo de ser y de sentir. Lo cual se traduce en una vuelta a la ecología, donde nos miremos y vivamos como seres co-dependientes con la naturaleza y con todo el sistema; donde tratemos con la tierra desde la perspectiva de equilibrio, preservación y desarrollo.

Todo ello desde una concepción planetaria y cosmológica que de identidad y autonomía a la tierra como organismo vivo y dinámico (Gaia); que reconozca que ella es una inmensa comunidad de la que somos miembros responsables; donde la técnica y la ciencia estén con y a favor de la naturaleza y de la ecología.

Tal paradigma tiene unas características propias, a saber:

  • Totalidad/diversidad: totalidades orgánicas y dinámicas: universo, sistema, tierra, y fenómeno humano.
  • Interdependencia/religación: seres interligados, codependientes que llevan a la solidaridad cósmica.
  • Relación campos de fuerza: seres interrelacionados; por ello es necesario captar relaciones existentes entre ellos y a partir de allí.
  • Complejidad/interioridad: dinamismo, contemplar el universo como totalidad inteligente y autoorganizable.
  • Complementariedad/reciprocidad/caos: bases de la dinámica del universo.
  • Tiempo y entropía: armonía total como promesa futura.
  • Destino común y personal: destino común en un futuro en apertura. En común, allí se debe situar el destino personal, siendo único. Bien común – cósmico y particular.
  • Creatividad/destructividad: el hombre como co-creador y preservador de la tierra.
  • Actitud holística ecológica/negación del antropocentrismo: apertura e inclusión ilimitada. Cosmovisión ecológica.
Todo ello desemboca en una nueva cosmovisión (ecológica) que parte de la narración ecológica y que a su vez implica el pensar holísticamente y el redundar una alianza entre el ser humano y la realidad circundante.

Esta cosmovisión logra integrar al paradigma la interioridad, la vida y el fenómeno humano, olvidado por el anterior paradigma-cosmovisión; implica un reconocimiento, por parte del ser humano de la realidad de fraternidad y sororidad entre él y la realidad, en tanto que tenemos un origen (universo), una ciudad (sistema solar), una casa (Gaia) común.

Implica además ser concientes que hacemos parte de sistemas siempre abiertos que nos hacen diferentes unos de otros con la característica común del ser poseer conciencia y en tanto poseedores de conciencia, co-creadores envueltos en un mundo de relaciones que le han de llevar a tomar una posición responsable frente al mundo-universo, evitando el encerramiento que genera tragedia social-planetaria.

En fin, se ha de luchar por la defensa y la promoción de la calidad de vida: de la humanidad, de la tierra y del universo. Por la sustentabilidad, teniendo en cuenta el equilibrio dinámico y autorregulador de la naturaleza y de las interdependencias y complementariedades de los seres, observando la lógica de la naturaleza.

4. Nuestra posición

La realidad crítica de nuestro planeta amerita:
• Una posición clara y seria, tanto de cada uno de los miembros de la humanidad como de las instituciones existentes en las diferentes culturas y aún más de una institución tan influyente como lo es la Iglesia católica. Una posición que genere e impulse estilos de vida que propugnen una relación armónica del ser humano con la naturaleza, con la casa común (desde la visión creyente: con el lugar del encuentro con Dios…)

• Una nueva conciencia –cosmovisión- que verdaderamente ponga límites a los sistemas desequilibrantes y exterminadores de los medios naturales, que conciba un nuevo modelo de desarrollo teniendo en cuenta la realidad de los medios y que verdaderamente luche por exterminar los dramas del hambre, la sed, los desajustes del suelo, dramas de la humanidad. Un verdadero modelo que estudie los impactos del desarrollo sobre las comunidades orgánicas y humanas existentes y velen por preservar y promover su desarrollo. Que no se quede solo en la denuncia sino que además plantee estrategias o vías de solución.

Las instituciones, y en ella nuestras instituciones, han de forjar una forma de vida medioambiental avanzada que tenga en cuenta hechos constitutivos de una relación más correcta entre la sociedad humana y su contexto medioambiental, a saber: los conocimientos elaborados por la ecología acerca del funcionamiento de la naturaleza y la realidad biológica y cultural del hombre, su pertenencia a la naturaleza, su distanciamiento de ella a través de la conciencia y la responsabilidad en la gestión de sí mismo y del propio medio.

• Una cosmovisión que sea capaz de analizar también bajo el aspecto ético aquellos temas de la actividad humana, en los que la relación hombre-medio ambiente tiene una incidencia cada vez más determinante, a saber: el progreso enfocado hacia la efectiva recuperación de la calidad de vida; la tecnología: valorando que ella es fruto de las manos y de la inteligencia humana y subrayando que sus límites son fruto de la ambigüedad del comportamiento humano en el uso de la misma; la integración economía-medio ambiente que supere la concepción errónea de un crecimiento económico ilimitado y basado en lo cuantitativo, y, establezca un desarrollo en el que cantidad y calidad tengan igual dignidad; y donde la disparidad entre países industrializados - países en vías de desarrollo se aborde desde la práctica de economía de austeridad y de reciclaje por parte de los países industrializados; que resuelva los graves problemas planteados por el crecimiento numérico y/o por el control de la natalidad; que plantee la opción por una visión en la que el ser humano es garante y administrador del medio ambiente y de los correspondientes recursos y en el que se tienda al ejercicio de un “dominio” que lleva implícito el servicio (poder desde la óptica cristiana = servicio) en lugar de un dominio-explotación; que asuma una reflexión donde el hombre se sienta parte del gran universo y por ello codependiente y corresponsable con el mismo, que le lleve a defender el valor de cada una de las realidades naturales del mundo no viviente y viviente y de la vida humana, basado en la actitud de vida del amor y de fraternidad.

Para lograr esto debemos volver a nuestras raíces evangélicas y descubrir, al igual que Francisco de Asís, el sentido de la fraternidad-sororidad universal en tanto criaturas de un único Señor, el Dios Altísimo. Es desde esta visión desde la que se desprende, en Francisco y se podrá despertar en nosotros, la actitud de estima y cuidado de lo creado, el sentirse –nos- uno entre tantos, el vivir –nos- como responsable-cuidador de la creación y por ello defensor de la misma. Este ha de ser el verdadero camino a seguir de nuestras instituciones.

para nosotros es preciso una mirada a Francisco de Asís, quien asumió los grandes valores del Evangelio y fue capaz de descubrir en la naturaleza el rostro de Dios, y a la tradición franciscana, que descubre en la naturaza los vestigios de Dios; mirada que ha de ser impulsada en la humanidad hasta tal punto que ella –la humanidad misma- pueda cantar junto con toda la creación el canto de la fraternidad cósmica, de la alegría del convivir, del estar agradecidos: el Cántico de las criaturas.
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A continuación les hacemos partípes de la reflexión - experiencia con los sin tierra en el Brasil.

DUAS EXPERIENCIAS COM OS SEM TERRA QUE ACOMPANHEI NA REGIÃO DE ITABERABA BAHIA BRASIL

Algumas lutas para reconquistas a terra, por parte de centenas de famílias de “posseiros” (camponeses nascidos e crescidos trabalhando e vivendo uma terra do qual não tem documento escrito) na nossa região da Bahia onde atuamos participando da Comissão Pastoral da Terra, são ainda hoje memoráveis no sentido literal da palavra. Servem para “fazer memória” alimentar a esperança.

No dia 7 de maio de 2006, O Movimento dos Sem Terra - MST da nossa região organizou a festança da “tomada de posse legal” da fazenda Boa Sorte que engloba, nos seus 20 mil hectares. Mais de 500 famílias, distribuídas em cinco agrovilas entrarão logo numa longa e larga faixa de terra chamada “sesmaria” desde os tempos coloniais. Desta terra foram expulsas muitas famílias e ficou retida por mais de 40 anos nas mãos do latifúndio. Encontra-se nos municípios de Iramaia e Itaetê.

Neto, um jovem pai de família, atualmente militante do MST Chapada, começou a participar da tragédia social do seu grupo e da sua família, com 7 anos de idade quando acompanhou lances memoráveis de sofrimento e de resistência. O avô dele, Zé Bocão, falecido há 5 anos, liderou, desde 71, a luta para reconquistar esta terra. Em 1971, casas foram queimadas, o povo espancado e tangido; houve vários feridos e um morto, Messias era seu nome. Padre Creardo, missionário da região naquele tempo e o bispo denunciaram o acontecido... veio até um capitão de Brasília mas eles não conseguiram nada.

É desse tempo também o sofrimento de mulheres grávidas, escondidas, obrigadas a parir nos lugares onde se reuniam as ovelhas como, da boca delas, escutou contar, irmã Terezinha há trinta anos presente nesta região. Em 82, vinte lavradores de Rumo e Itaetê enfrentaram outra investida da polícia, acionada por um deputado federal famoso chamado Murilo Leite. Foram presos e fechados, debaixo do sol, no recinto das vacas e dos bois da fazenda Baratinha, enquanto os fazendeiros churrasqueavam.

Em seguida foram levados presos para a cidade de Jequié. Graças à intervenção dos advogados da CPT e do movimento sindical de então foram liberados após 3 dias. Trinta anos depois desses fatos, no portal de entrada da Boa Sorte, está escrito em letras garrafais: “Esta terra é nossa – MST”. No largo desterrado que dá acesso à entrada, os sem terra ergueram uma coluna que sustenta o mastro do MST Nela está escrita uma afirmação do bispo Pedro Casaldáliga: “Bendito seja o Movimento dos Sem Terra. Se ele não existisse, teríamos que criá-lo.”.

Durante a celebração feita em cima de um velho caminhão, que vários animadores e eu coordenamos, quando as crianças dos sem terra, em cima de um caminhão, levantaram flores e ramos verdes e cobriram a cruz bruta de madeira, simbolizando a ressurreição depois de tanto sofrimento, rolaram abundantes gritos e lágrimas, risadas, aplausos e abraços. Jamais vi uma celebração pascal tão ligada à realidade de morte e de vida deste povo do interior da Bahia.

Em Várzea do Poço, outra cidadezinha da região, em 2003, em plena confiança da era Lula, 40 famílias acamparam à margem da Fazenda Pampulha, terra ociosa há décadas, com a intenção de ocupá-la por meios legais. O grupo de camponeses que tinham ousado levantar a cabeça e tomar esta atitude, foram vítimas de uma campanha difamatória humilhante que primou pela mesquinhez e mentira por parte da maiorias das lideranças políticas. Foram agredidos várias vezes. A agressão mais absurda foi em final de 2003 quando, com uma operação de guerra tão espalhafatosa quanto inútil, o acampamento dos camponeses sem terra foi agressivamente invadido pela polícia, três lideranças presas e levadas para outra cidade maior, Jacobina, por alguns dias, e uma quarta foi obrigada a andar peregrinando escondida por um mês para não ser presa.

Um bom grupos de remanescentes, após esse primeiro momento de dispersão, continuou se reunindo, mantendo o ânimo e a firmeza na busca de solução para “sua terra” junto ao Incra e a outras entidades. Em fevereiro deste ano, o INCRA, finalmente, após vistoria, apontou a fazenda São José, vizinha da Pampulha, como terra passível de desapropriação para fins de reforma agrária. As ferramentas, roubadas pelo policiais que deram ordem de prisão, estão ainda guardadas na delegacia de Várzea do Poço.

Ao delegado de polícia que convidava os trabalhadores para ir buscá-las individualmente, eles responderam que como tinham sido roubadas publicamente, publicamente deviam ser restituídas e que eles iriam busca-las e recebê-las de volta no dia da desapropriação da terra.


Frei Luciano Bernardi
(Missão OFMConv, na Bahia, da Província São Francisco de São Paulo)